- Para el bizcochuelo:
- 6 huevos
- 1 taza de azúcar
- 1 y 1/2 taza de chuño o maicena
- 2 cucharaditas de polvo de hornear
- 1 lata de leche evaporada
- 1 y 1/4 taza de agua
- 400 gramos de azúcar blanca
- 8 yemas
- 1 cucharadita de esencia de almendras
- 1 y 1/4 taza de mermelada de albaricoque o de durazno
- 1 taza de manjar blanco
1. Bate los huevos hasta obtener una consistencia espumosa. Agrega el azúcar poco a poco hasta que la mezcla espese. Deja de batir e incorpora en varias tandas la maicena mezclada con el polvo de hornear. Hazlo de forma envolvente.
2. Forra con papel manteca el fondo de un molde redondo y sin hueco, de 23 centímetros de diámetro, previamente enmantequillado y enharinado. Coloca la masa y lleva a horno precalentado a 180 °C por 30 minutos. Desmolda y corta en cuatro capas que deben tener el tamaño del tazón en el que se armará la bola de oro.
3. Vierte en un tazón la leche evaporada, el agua, el azúcar y las yemas. Lleva esta preparación en una olla a fuego moderado moviendo constantemente, hasta que al separar la mezcla se pueda ver el fondo. Adiciona la esencia de almendras y retira del fuego. Bate con una batidora o a mano hasta que se enfríe. Si te queda muy suelta incorpora azúcar en polvo y si se te seca añade un poquito de leche.
4. Amasa con las manos hasta que la masa se pueda extender con el rodillo. Forra con ella un tazón en el que previamente habrás colocado ocho tiras de papel cruzadas, para que te sea fácil desmoldar.
5. Pon una capa de bizcochuelo al fondo del tazón y esparce encima la mermelada elegida, luego coloca otra capa de bizcochuelo y úntala con el manjar blanco. Repite la operación con las dos capas restantes.
6. Al colocar la última capa de bizcochuelo presiona bien. Desmolda con la ayuda de las tiras. Decora con marrasquinos y hojitas hechas con la pasta de yemas y colorante vegetal.
