- Precalentar el horno a 220° C. Haga un corte a lo largo de cada pechuga formando un bolsillo.
- Divida el queso mozzarella entre las pechugas de pollo, deslizando las rodajas dentro de los bolsillos. Encima del queso ponga las rodajas de tomate y el ajo aplastado. Cortar un poco de albahaca y añada un poco a cada bolsillo.
- Sazone cada pechuga de pollo. Ponga una rama larga de albahaca en cada una, luego envuelva cada pechuga con una lonja de jamón de Serrano, asegurándose que cubra el corte en cada pechuga. Ate el jamón con 3 o 4 pedazos de cuerda en cada pechuga.
- Calentar el aceite en una sartén grande. Agregar las pechugas de pollo y freír a fuego alto por 3 a 4 minutos, dorando ambos lados. Pase la sartén al horno (o pase el pollo a una bandeja para hornear) y hornee por 10 a 12 minutos o hasta que el pollo se haya cocido; los jugos deberán salir claros cuando la parte más gruesa del pollo es pinchada con un cuchillo.
Preparación de la ensalada:
- Mientras tanto, haga la ensalada. Ponga el aceite y el jugo de limón en un tazón, sazone y mezcle bien. Añada la lechuga y los berros. Mezcle todo bien, luego divida en 4 platos para servir.
- Quite las pitas de las pechugas de pollo. Corte cada pechuga en rodajas manteniendo su forma. Póngalas en la ensalada y aderece con la albahaca restante.