1. Para la pasta de chocolate con leche, fundir el chocolate hasta alcanzar entre 45 y 50 °C. Para templarlo, colocarlo sobre un bol con agua fría y hielo. Remover. Llevar al calor unos segundos y medir la temperatura: debe estar a 29 °C.
2. Agregar la mantequilla de maní a la misma temperatura que el chocolate. Perfumar con la esencia. Mezclar bien.
3. Para la de chocolate blanco, templar el chocolate blanco repitiendo la operación del paso 1.
4. Añadir la mantequilla de maní a la misma temperatura que el chocolate. Perfumar con la esencia y mezclar.
5. Forrar una bandeja para horno rectangular con papel manteca. Verter la mezcla de chocolate con leche.
6. Golpear ligeramente la bandeja para que la mezcla se distribuya en forma pareja. Llevar al refrigerador 5 minutos.
7. Retirar del refrigerador. Verter la pasta de chocolate blanco sobre la pasta de chocolate con leche endurecida.
8. Distribuirla con una espátula. Llevar al refrigerador durante 5 minutos o hasta que tome cuerpo y se endurezca.
9. Retirar del refrigerador y desmoldar sin quitar el papel manteca. Si la preparación resulta demasiado blanda, cubrir con papel manteca y refrigerar hasta que tenga la consistencia deseada.
10. Con una cuchilla, cortar los bordes para obtener un rectángulo prolijo.
11. Cortar el rectángulo en barras de alrededor de 3 cm de ancho. Limpiar el cuchillo durante esta operación.
12. Cortar las barras en cuadrados para obtener los bombones. Cubrirlos con papel de aluminio. Una alternativa diferente es cortar el rectángulo primero en cuadrados grandes de, aproximadamente, el mismo tamaño.
Consejo: Si lo desea, puede cortar estos cuadrados al medio en diagonal para obtener triángulos.