1. Se ponen sobre una superficie lisa la harina formando un círculo y en el centro se echa la mantequilla en trocitos, el azúcar, los huevos y la levadura. Se mezclan bien todos los ingredientes, agregando poco a poco la leche necesaria para conseguir una masa fina que no se pegue a las manos, con ella se formará una bola.
2. Para comprobar que está en su punto se introduce el dedo en el centro, debiendo permanecer el agujero que se forma una vez retirado el dedo. Si no fuera así, habrá que dejar la masa en reposo durante otras 2 horas.
3. Cuando esté en su punto se le pasar el rodillo hasta dejarla fina. Se cortan las galletas con ayuda de un vaso y se pinchan con los dientes de un tenedor por el contorno.
4. Se colocan en la bandeja del horno, untada de mantequilla, y se cuecen hasta que estén doradas.