1. Disolver la levadura, el azúcar, la leche en polvo y el extracto de malta en el agua tibia. Dejar espumar. Disponer la harina y la sal dentro de un bol amplio en forma de una corona. Colocar la mezcla de agua en el centro, junto con la mantequilla blanda e incorporar los ingredientes poco a poco, amasando, hasta obtener un bollo tierno. Dejar reposar cubierto con un paño limpio, en un ambiente templado, durante 30 minutos por lo menos, para que leude.
2. Amasar nuevamente. Dividir la masa en 2 partes, estirarlas en forma rectangular y enrollarlas para formar cilindros. Colocarlos en moldes rectangulares de 25 cm de largo, untados con aceite. Dejar leudar nuevamente.
3. Pincelar los panes con huevo y cocinarlos en horno precalentado a temperatura moderada, 180 °C, de 35 a 40 minutos aproximadamente. Retirar, desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.