Primero se separa la cascara y la pulpa con la semilla. Se deja reposar ambas en agua con azúcar y luego se amasa la pulpa quitando la semilla grande y las pequeñas. Posteriormente se agrega azúcar a la cascara en un recipiente y se licúa.
Se procede a colar lo que queda de la cascara y sirve con agua al tope de la jarra.