1. Ponga en una lata para horno los pimientos, las cebollas, las berenjenas partidas por la mitad y los tomates enteros; rocíe con cuatro cucharadas de aceite y hornee a 350 °F - 180 °C, en horno previamente calentado, durante veinticinco minutos.
2. Una vez asados, retire (recuerde que el tomate se cocina más rápido, por lo que tendrá que sacarlo cuando su piel se infle y dore).
3. A continuación, pele las berenjenas y los pimientos, retíreles las semillas y corte las primeras en rodajas y los otros en tiras gruesas.
4. Aparte, pele y corte en cuatro las cebollas y los tomates.
5. Coloque todo en una fuente, aliñe con una vinagreta hecha con el resto del aceite, el vinagre, el ajo, sal y pimienta.
6. Sirva frío o caliente.
Una historia sobre el origen de las tapas señala que cuando el rey Alfonso XIII realizaba una visita por la provincia de Cádiz, pasó por el Ventorrillo del Chato, donde paró para descansar y pidió una copa de jerez. Se dice que en ese momento una corriente de aire entró en el local, y para que el vino no se llenase de arena, el camarero colocó una lonchita de jamón sobre el catavinos real. Al rey le gustó la idea: comió la tapa, bebió el vino y pidió que le sirviesen otro, pero con "una tapa igual".