Los almuerzos difieren un poco de las comidas, tanto en el servicio como en la colocación de las viandas en la mesa.
Todos los platos y postres deben estar sobre ella antes de sentarse los convidados.
En el sitio principal se colocan bandejas conteniendo té, café y chocolate, para quien lo quiera consumir. Alrededor, se colocan los postres y, próximos a los in-vitados, en la última fila, los manjares de que se compone el almuerzo.
En los almuerzos elegantes no se sirven fritos ni salsas.
El primer plato será de huevos o tortillas. Después, se servirá pescado frito, carnes secas a la parrilla, chuletas, riñones y otros platos similares.
Se sirven también ostras, pies de cerdo trufados, cangrejos, manteca, anchoas, “foie-gras”, salchichón, fiambres y embutidos. Además están muy indicados los pescados con mahonesa y toda clase de entremeses.
Los postres los constituyen frutas, pastas, bizcochos, pasteles fríos y quesos.
En los almuerzos, se suelen servir dos clases de vino, a lo sumo tres. Estos vinos, cuando se sirven tres, son: uno seco del país, uno seco, extranjero, y otro blanco, algo más suave, también extranjero.