1. Lleve a hervir a fuego lento la leche con la cascara de limón, el azúcar y la vainilla; retire del fuego, quite el limón y deje enfriar.
2. Aparte, derrita la mantequilla con la harina y ponga a cocinar a fuego lento hasta que dore.
3. Vierta poco a poco la leche tibia sin dejar de remover, durante cinco minutos, hasta que se forme una crema espesa.
4. Retire del fuego, agregue las yemas y mezcle.
5. Pase la crema a un molde plano previamente engrasado, empareje la superficie, deje enfriar y guárdela en el refrigerador por cuatro horas para que adquiera consistencia.
6. Corte la masa en cuadrados o triángulos; bata los huevos y pase la masa por los huevos y por el pan rallado.
7. Fría en porciones en el aceite hasta que se dore; deje que se escurra sobre papel absorbente.
8. Esparza azúcar y canela sobre los trozos y luego sirva.
Cuentan que el turrón fue inventado por el pastelero Pablo Turrons en el siglo XVIII, durante el sitio de Cataluña en la Guerra de Sucesión, cuando para alimentarse sólo tenían almendras y miel. Pero aseguran que en Gijón y en Alicante ya se hacía turrón mucho antes que Turrons. El de Gijón es una pasta blanda y cremosa de color amarronado de miel y almendras molidas; el de Alicante es un turrón duro con almendras enteras. Otros dicen que llegó a España llevado por los árabes, que lo llamaban halvo.
Un tubérculo muy conocido es la chufa marrón (Cyperus esculentus), rica en carbohidratos y grasas. Con un sabor similar al de las almendras, las chufas se pueden comer crudas, con yogur y en refrescos como la horchata. Ésta es una bebida popular que se prepara con chufas lavadas y trituradas, combinadas con agua, azúcar y un poco de jugo de limón. Luego se filtra la mezcla y puede tomarse como refresco o como "granizado", es decir, mezclado con hielo picado.
