Recetas de Pescados

Igual que el de los seres humanos, el esqueleto de los peces incluye calcio en su composición.  Está formado por el espinazo (conjunto de vértebras) y las espinas (prolongaciones y puntiagudas, más o menos finas).

Aunque no todas son comestibles, las espinas constituyen una fuente extra de calcio que conviene aprovechar cuando tragarlas no ofrece peligro para el aparato digestivo. Tal es el caso de los pescados pequeños de agua salada o dulce que se consumen enteros y reciben distintos nombres en los países done son populares.  El salmón, a pesar de su gran tamaño, posee algunas espinas y cartílagos blandos que se pueden masticar sin inconvenientes.

Por su parte, los pescados en conserva como el propio salmón, las sardinas, la caballa y las anchoas están siempre a mano en el supermercado.  Gracias al tratamiento que reciben, es posible ingerir con facilidad sus partes óseas. 

Todos los pescados de espinas blandas, frescos o enlatados, colaboran en la prevención de la osteoporosis.

El omega 3 de las sardinas reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, procesos inflamatorios y ciertos tipos de cáncer.

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