Diluir la gelatina en 1/4 de taza de agua caliente.
Añadir la ginebra y el jugo de limón. Revolver bien y llevar al refrigerador.
Aparte, batir la clara a punto de merengue con el azúcar.
Retirar la gelatina de la nevera y batirla en la batidora con las claras hasta que se incorporen bien.
Colocar en moldes individuales y refrigerar hasta que cuaje.