Paso 1: Cierne la harina con el polvo de hornear en un recipiente. Hierve el agua con la sal y el azúcar, moviendo constantemente hasta que se hayan disuelto. Retira del fuego y agrega la harina y el polvo de hornear cernidos. Bate la mezcla hasta que esté suave. Añade las yemas, una por una, batiendo hasta que la mezcla se suavice de nuevo y tenga una apariencia brillante. Deja enfriar.
Paso 2: Calienta aceite (unos cuatro dedos de profundidad) en una sartén hasta que llegue a una temperatura de 190 °C o hasta que al echar al aceite un trozo de pan este flote y se dore en un minuto. Coloca la masa dentro de una churrera o una manga de decoración con boquilla de estrella. Presiona la manga sobre la sartén dejando caer cuatro o cinco churros de 8-10 centímetros. Fríe por unos tres o cuatro minutos hasta que estén bien dorados. Retíralos y escúrrelos en papel absorbente. Repite el procedimiento con el resto de la masa. Acomódalos en una fuente redonda y espolvorea con azúcar en polvo.