vii) Alimentación precisa

La alimentación precisa y adecuada es la primero condición que hay que observar para obtener el desarrollo del cuerpo tal como la naturaleza lo exige. Sabido es que la buena preparación de la carne y de las verduras es la tarea más importante del ama de casa y hoy día todo el mundo está de acuerdo en que es indispensable absorber una cantidad determinada de alimentos crudos, a diario, para gozar de buena salud. La fruta, las ensaladas, las verduras, las nueces, la miel, etc., poseen determinadas sales y propiedades esenciales para el desarrollo y la conservación de la salud en cuerpos sanos.  Algunas vitaminas de gran importancia y sales minerales se pierden durante el proceso de una larga cocción.  En consecuencia, es preciso alternar los apetitosos platos fritos y guisados con las ensaladas, frutas, nueces, almendras, etcétera, etcétera.

Otro motivo importante para incluir los alimentos crudos en la alimentación es porque exigen ser bien masticados. Las sopas, los purés, las cremas, los preparados a base de leche, se tragan fácilmente. Se deja de masticar, y los dientes, sin tener el ejercicio suficiente que les permita renovar y estimular su propia función, son con facilidad víctimas de las caries.

Con el fin de conservar las sales minerales que poseen las verduras, deben hervirse con el mínimo posible de agua y, cuando están a medio cocer, cortarse a pedacitos y rehogarse en aceite o manteca con un poco de cebolla trinchada.  La col resulta muy apetitosa cuando se la prepara de este modo.

El agua de hervir las verduras se guarda para preparar sopas y salsas, pues es rica en sales y hierro.

Las espinacas contienen mucho hierro y fósforo, al igual que la mayoría de las verduras; son excelentes para los anémicos.

Para los enfermos y los niños pequeñitos, se aconseja trinchar o pasar las espinacas por un cedazo, ya que las hojas enteras de esta hortaliza resultan de difícil digestión.

Los tomates se digieren fácilmente, bien crudos, bien cocidos.

Sus semillas realizan una operación de masaje en su recorrido por el intestino y obran sobre su membrana mucosa.

Los espárragos, aunque resultan caros, no son tan ricos en vitaminas como la col y otras verduras.  Contienen sales minerales y se recomiendan a la gente corpulenta que está a régimen.

Las zanahorias, los nabos, la remolacha y las chirivías contienen muchas vitaminas B y alguna cantidad de hierro.  La zanahoria cruda es muy buena en ensalada y especialmente recomendada para los niños que tienen lombrices.

Las patatas contienen hierro y vitaminas A, B y C, pero deberían cocerse con la piel con el fin de conservar completamente estos componentes.

Los guisantes contienen hierro, así como vitaminas A y B. Cuando son muy tiernos son fáciles de digerir, pero al hacerse más gruesos y duros, es preciso transformarlos en puré para adminístralos a niños y personas delicadas.

Las ensaladas, lechuga, escarola, berros, etc., son ricos en sales minerales. Son excelentes para los anémicos y los que sufren enfermedades nerviosas. Para facilitar su digestión, las ensaladas deben servirse al principio de la comida.

El apio trinchado, las zanahorias ralladas, la remo-lacha, los tomates, los dientes de león, el hinojo, las acederas, etc., cortados finos, sazonados con cebolla trinchada, ajo, cebollina y perifollo y dispuestos sobre una ensalada aliñada con aceite y zumo de limón, (que es más sano que el vinagre) constituyen un plato sano y de mucho alimento.

En cuanto a las cebollas, las cebollinas, el perejil, el apio, los puerros, etc., deben usarse a diario, puesto que obran favorablemente sobre la digestión.

El apio contribuye a disipar los síntomas del reuma; la cebolla y el ajo estimulan la digestión y contienen vitaminas B.

La fruta contiene vitaminas y tiene poder estimulante. Ha de comerse cruda siempre que sea posible.  Las ensaladas de fruta son preferibles a las compotas y mermeladas.

Las cerezas se digieren fácilmente y son un remedio contra la gota y el estreñimiento. Las ciruelas son muy recomendables.  Las naranjas y el limón obran de modo beneficioso sobre la digestión.  El zumo de limón es excelente para gárgaras y afecciones de la garganta.

La fruta seca: higos, dátiles, pasas, tiene muchas propiedades. Las sales minerales y las vitaminas que contienen (cuando se ponen en remojo en agua y se comen con crema y cereales) constituyen un remedio natural y excelente para el estreñimiento, tanto para los niños como para los adultos.

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